17 marzo 2009

TXAPOTE Y AMAIA: LA FAMILIA ASESINA.

La podredumbre que une a Francisco Javier García Gaztelu alias “Txapote”, y a la etarra Irantzu Gallastegui alias “Amaia”, es el secuestro y asesinato del concejal de Ermua Miguel Angel Blanco.


El asesino, esposo y padre tiene un currículo vomitivo. Ha participado en los asesinatos de Alfonso Morcillo en el 94 (policía municipal de Donosti), en el del dirigente socialista Fernando Múgica, en el de Gregorio Ordóñez (concejal del PP de San Sebastián), secuestró y mató hace casi 12 años a Miguel Angel Blanco Garrido (concejal del PP de Ermua), asesinó al concejal popular de Rentería Jose Luís Caso en el 97, a Jose Ignacio Iruretagoyena (concejal del PP de Zarauz) y a Manuel Zamarreño en el 98, también concejal de Rentería del Partido Popular.

Hoy comprobamos cómo a este matrimonio de etarras se les permite cumplir condena juntitos, en la misma cárcel de Teixeiro en La Coruña, y con permiso para verse dos veces al mes.

Ella cumplía condena en Madrid junto al hijo de ambos, y él lo hacía en Pontevedra. Desde ayer están disfrutando de sus derechos penitenciarios con un encuentro “íntimo” y otro “familiar” al mes.

Tenemos que recordar que cuando Txapote y Gallastegui secuestraron a Miguel Angel Blanco Garrido, exigieron una sola cosa: el acercamiento y reagrupación de los presos de ETA en un plazo de 48 horas. Hasta ellos sabían que era una ejecución anunciada disfrazada de chantaje a España y a cada uno de los españoles. Con sangre fría y mente enferma, este residuo de la sociedad apodado “Txapote” disparó y no sólo asesinó a Miguel Angel. España entera se enfrentó a su miseria.

Yo creo que algunos derechos de estos despojos humanos que nunca se han arrepentido de las atrocidades que han cometido en su vida, revuelven las conciencia de muchos españoles y desprecian la dignidad de las víctimas.

A mí, ese derecho penitenciario para no arrepentidos me da asco. No hablaré de su hijo y de los valores de su educación familiar.

Es demandable una reforma de la Ley.