11 marzo 2019

LA MENTIRA DE LA CONVIVENCIA

Blog de NereaDos jovencísimos portavoces de la asociación que defiende a los presos terroristas de ETA, Etxerat, leyeron un papel fechado en marzo de 2019 y denominado “Aportación de Etxerat a la convivencia”. Me pregunto si han vivido el terror de Eta o cuántos años tenían el de julio de 1997 estos hijos de la democracia.

En este texto se dice que tienen 
“el objetivo y el compromiso claro de contribuir a la convivencia y a la resolución del conflicto político”.

Después de que los terroristas mataran a casi mil personas, dejasen miles de víctimas, decenas de miles de personas con secuelas psicológicas, casi 300.000 exiliados y una sociedad en coma, sometida al terror, no veo difícil que los partidarios de ETA y su proyecto político alcancen sus objetivos. 

Purgados los discrepantes, asesinados, expulsados, resignados o sometidos, seguro que es más fácil lograr la convivencia. Aunque sea falsa. Seguro que en breve habrá una foto con alguna de sus víctimas que no puede más, y que acepta unas “disculpas sinceras” para la foto. Así es como se “resuelve el conflicto político” que, ni es conflicto, ni es político. Todo ello será aplaudido y apoyado por el PNV que buscará un sitio equidistante en la foto y la recolección de nueces correspondiente.

Los familiares de etarras han reconocido en ese papel que todo lo anterior no era sincero, y que es una pena que haya quién “ha perdido a su familiar de forma violenta”, como si de un accidente ajeno a los asesinos encarcelados se tratara:
"Expresamos nuestras más sinceras disculpas porque, sin ser conscientes de ello, hayamos podido, con nuestra distancia, contribuir más al dolor que deben afrontar las víctimas de ETA por la pena de haber perdido a su familiar de manera violenta". 

Al parecer su pecado ha sido la distancia con los vascos masacrados por el nacismo de ETA.

La asociación de familiares de etarras 
"reconoce, respeta y empatiza con todas las víctimas de las diferentes expresiones de violencia"
y citan, expresamente mezclando, sin la más mínima ética o dignidad, 
"a las víctimas de ETA, a las de los Comandos Autónomos, a las del terrorismo del Estado, a las víctimas de actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado español, a las víctimas de torturas". 

Lo cierto es que los etarras y sus familiares siguen sin condenar el terrorismo y sin colaborar para resolver los asesinatos que han quedado impunes. Tampoco lo hacen los partidos políticos que les representan, que defienden el terrorismo como proyecto político para la independencia de una región de España. Los demás partidos lo toleran y blanquean, y es al gobierno de la Nación al que hay que interpelar y exigir responsabilidades por esta escalada en la construcción de grandes mentiras. Al que esté.

Es la mentira de la “convivencia” nacida del exterminio y el miedo.