16 junio 2015

Hasier Arraiz



Los terroristas están 
tan fuertes, tan forrados y tan blanqueados 
que no parecen terroristas.

Nerea Alzola
La sensación producida en la gente decente por Hasier Arraiz cada vez que éste abre la boca es de desesperanza y tristeza. Porque dice lo que dice y porque, desgraciadamente, es respondido siempre con boato por los políticos de turno reafirmándole con estas réplicas como cuasi demócrata. 

No me malinterpreten. Es que me cuesta verle como un ciudadano limpio y sin historia detrás. Cuando veo a Arraiz en la televisión recuerdo, por ejemplo, al Fiscal Superior del País Vasco pidiendo 6 años de prisión para él. Según Calparsolo actuaba "al servicio de las actividades y finalidades de ETA” con una participación "activa y consciente, desde su responsabilidad en la estructura de la Batasuna clandestina reorganizada”. 

Antes tipos como él eran proetarras y sus formaciones ilegales, ahora actúan como si fueran uno más. Pero lo cierto es que no puedo olvidar que este tipo aplaude la historia sangrienta de ETA y ahora continua representando lo mismo. Yo creo que no soy la única que tiene esa sensación de tristeza. 

La izquierda abertzale de Ternera y De Juana Chaos decía las mismas cosas que Arraiz dice hoy: “La única violencia es la del Estado español, la única amenaza violenta es la de la Guardia Civil y el resto de cuerpos represivos del Estado y por eso reclamamos que se vayan… porque no los queremos”. 

Este tipo repugna a muchos vascos que pensamos que gracias a la “guardia civil y el resto de cuerpos represivos” hemos podido ser libres en una sociedad enferma por el odio de unos y el miedo de otros. Pero no es nuevo, Batasuna ya lo decía antes. El mismo Arraiz mantiene pues su discurso; él mismo formó parte de la mesa nacional de batasuna allá por 2007. 

Este joven, en cuyo rostro y gestos se refleja el odio de un adoctrinamiento perverso, nunca será a los ojos de muchos un ciudadano legitimado para hacer política. Sin embargo, la campaña de lavado de imagen es muy potente y nos está pintando al personaje como si fuera un respetable político. 

A pesar de que Arraiz dice hablar en nombre de un pueblo, la realidad es que sólo le avalan siglas que son el brazo político de ETA, hoy Sortu o EH Bildu. Esto también lo hacía Batasuna cuando el 2 de mayo de 2002 Otegi hablaba desde el atril en el Parlamento Vasco señalando a Iturgaiz "Ustedes, fascistas, creen que con nuestra ilegalización algo van a conseguir, pero no van a conseguir nada. Este pueblo ganará". 

Arraiz representa la antigua ETA, y ahora además a la ETA reinventada. Es el “miniyo” de Otegui pero sin su audacia. 

Es, además, la imagen del fracaso político de un Estado que se ha rendido al mercadeo. Es un fracaso porque no ha habido rendición de cuentas de tantas décadas de atentados. Y sin justicia no hay perdón ni dignidad. Este no es un proceso limpio, veraz y cicatrizador, sino una farsa que sigue adelante tapando la boca a los débiles para que “no molesten”. 

En esta farsa, ETA gana el poder y los políticos ganan únicamente la venta política de la propia farsa. Los terroristas están tan fuertes, tan forrados y tan blanqueados que no parecen terroristas. El chantaje al Estado no parece tal porque pocos lo denuncian, y a estos que lo hacen, se les aniquila social y políticamente. 

ETA se ha reinventado. 

A pesar de la soma que nos suministra el Gobierno pretendiendo “un mundo feliz” de Huxley, y al margen de la frivolidad de algunos políticos vascos, muchos seguimos creyendo que otra política es la eficaz. La única política de pilares sólidos es la que se hace desde la verdad y la dignidad, con la ley de todos en la mano y sin subterfugios. 

Hoy, tristemente, Arraiz da el carné de vasco o autorización para ser actor en un teatro que podría entrar en su acto final. EH Bildu ha propuesto un escenario “para el desarme de ETA con la destrucción sus arsenales”. 

Arraiz quiere que el gobierno vasco del PNV vista legalmente este paripé. Cree que "es fundamental" en esta cuestión "que exista un marco legal, el mejor posible y el que más garantías pueda ofrecer para que ese desarme cuente con las condiciones que se necesita y que esté perfectamente garantizado". 

Añade a lo anterior: "Pensamos que el Gobierno español y el francés tienen que participar, pero consideramos que, dadas las actuales circunstancias y la actitud de ambos gobiernos, hay que optar por otro tipo de fórmulas.” 

Todavía recuerdo el vídeo en el que dos supuestos etarras se reunían con los autodenominados verificadores para enseñarles tres pistolas llevándoselas después. Sólo tres pistolas. Un ridículo espantoso que provocó ríos de tinta e indignación por la evidencia del intento de engaño burdo con una cuestión tan grave. 

Vamos a ver a qué se refieren ahora con “desarme de ETA con la destrucción de sus arsenales” y con esa solicitud de cobertura legal que le reclaman a Urkullu.                                                                                                                                                                                                             
FOTO: elconfidencialdigital.com




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