Tenemos a la vista dos fechas electorales que nos permitirán
expresar con nuestro voto lo que opinamos de la gestión política y de los
propios políticos.
Las próximas elecciones generales en España serán el 28 de abril del 2019. Las elecciones autonómicas de trece comunidades (todas excepto Andalucía,
Cataluña, País Vasco y Galicia) se celebrarán el domingo 26 de mayo del 2019 coincidiendo con los comicios municipales y las elecciones europeas.
La precampaña está ya “calentita” y los políticos están lanzando
mensajes, promesas y exhibiendo su faceta más solvente o amable a un ritmo
frenético. Entrevistas, debates
y actos colorean los telediarios, los programas radiofónicos, la prensa escrita
y las redes sociales y, en ellos, los candidatos exprimen las oportunidades intentando
seguir las pautas y cumplir con los objetivos previstos por los directores de
sus campañas.
La cualidades y
capacidades del candidato para la comunicación son imprescindibles para conseguir
una excelente imagen suya y de su proyecto, y una mayor eficiencia en la difusión
de sus mensajes. No sólo el fondo del mensaje es importante, las palabras
escogidas para transmitirlo o el tono de voz a emplear, tanto o más lo es el
ámbito de la comunicación no verbal
y, concretamente, el lenguaje corporal en sus dos facetas: la expresión
del cuerpo y la expresión facial. La emisión de un mensaje claro y positivo verbal
debe acompañarse un lenguaje corporal que transmita las mismas emociones y sensaciones buscando
persuadir y convencer más eficazmente.
Pensemos en las
entrevistas a un candidato y los primeros planos. Las expresiones faciales
expresan nítidamente las emociones de forma que serán las encargadas de
reforzar o delatar al candidato.
Si el candidato es impostado, construido y entrenado en la materia, puede imponer un férreo control gestual, pero en algunos momentos veremos microexpresiones faciales que harán aflorar fugazmente la verdad de sus inseguridades o la falta de convicción en su propio mensaje. Una amplia sonrisa a la que no acompañan unos ojos sonrientes se traslada como una sonrisa no creíble. Recordemos la frialdad de la sonrisa falsa de Artur Mas o la de Manuel Valls, la amarga sonrisa de Puigdemont o de Pilar Zabala (Elkarrekin Podemos) o la fingida sonrisa de manual de José Luis Rodríguez Zapatero.
Si el candidato es impostado, construido y entrenado en la materia, puede imponer un férreo control gestual, pero en algunos momentos veremos microexpresiones faciales que harán aflorar fugazmente la verdad de sus inseguridades o la falta de convicción en su propio mensaje. Una amplia sonrisa a la que no acompañan unos ojos sonrientes se traslada como una sonrisa no creíble. Recordemos la frialdad de la sonrisa falsa de Artur Mas o la de Manuel Valls, la amarga sonrisa de Puigdemont o de Pilar Zabala (Elkarrekin Podemos) o la fingida sonrisa de manual de José Luis Rodríguez Zapatero.
Pero la expresión máxima de la impostura perfectamente estudiada y entrenada la vemos en cada aparición de Pedro Sanchez, al que escasos detalles le delatan, en ocasiones quizá la tensión en los músculos faciales, o esa “naturalidad” en su sonreír falso, pero bien ensayado.
Abundando en el autosomentimiento
y control gestual existen también técnicas
de evitación. Por ejemplo, famosos son lo parpadeos continuados de
Rubalcaba con los que evitaba mirar al objetivo o a los ojos intentando
esconder conscientemente así la falsedad o incoherencia en sus mensajes.
El candidato hábil, convencido, ilusionado
con su proyecto, sincero en la creencia y defensa de sus principios y valores,
tendrá esta faceta superada porque su garantía de éxito es la naturalidad. Mirará a los ojos a su
interlocutor sin incomodidades, sin tensión y con el tiempo suficiente para
evidenciar su convicción que es verdadera y generar así confianza. Su cuerpo le
acompañará durante el mensaje de forma espontánea y sus microexpresiones
trasladarán honestidad. Un claro ejemplo de este perfil es María San Gil, expresidenta del PP Vasco que, precisamente,
abandonó la primera línea política cuando no le dejaron seguir defendiendo
aquello en lo que cree.
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