No somos borregos y no necesitamos que la neocasta nos manipule
La corrupción en la política es uno de los problemas que más nos preocupa a los ciudadanos. Vemos, a medida que afloran nuevos casos, un desprecio cada vez mayor y más evidente a nuestra confianza, a nuestro voto y a nuestro mandato por parte de los políticos “cazados”. Y nos sentimos timados, robados, engañados. Ver cómo estafan con nuestro dinero genera más que enfado, hace aflorar sentimientos de hastío, desconfianza y asco.
Según el último barómetro del CIS, “la corrupción y el fraude” son el problema que el 42,7 % de los españoles situamos como uno de los tres más importantes, solo por debajo del paro con un 75,3%. El 25,8% de los españoles identificamos igualmente como preocupación en las primeras posiciones a “los/as políticos/as en general, los partidos y la política”.
Si algunos servidores públicos dan mal ejemplo robando dinero destinado a parados o a servicios sociales; si los líderes sindicales surfean la corrupción con la naturalidad con la que despiden con la nueva reforma laboral; si sentimos que no nos representan y han perdido nuestra confianza, los ciudadanos debemos actuar con mayor proactividad y firmeza.
1. PLANTEEMOS NUESTRAS PROPUESTAS. No necesitamos a ningún oportunista político de fácil verbo para que canalice nuestra indignación. No somos borregos y no necesitamos que la neocasta nos manipule. Este cambio social que conlleva intrínseco una ciudadanía proactiva y que responde a la lejanía de la clase política es positivo si es libre en cada ciudadano. Debemos informarnos y actuar siempre con responsabilidad. Disponemos de herramientas para conseguir lo que queremos usando las leyes que entre todos nos hemos dado. Por ejemplo, presentemos iniciativas populares en el Congreso recogiendo las firmas necesarias. Con esto se pueden cambiar leyes, proponer nuevas medidas, o derogar antiguas. Esto es una labor que a buen seguro logra el éxito si la propuesta de mejora convence. Sin casta ni neocasta. Hoy existen muchos medios para recoger firmas y apoyos efectivos. Funciona muy bien y ha tenido éxitos importantes, por ejemplo, la plataforma www.change.org. Está al alcance de nuestra mano y cualquier ciudadano puede usar estas vías que son constructivas y positivas, y no suponen adoración a ningún falso mesías. Es más eficaz poner negro sobre blanco concretando las demandas ciudadanas, que pasearnos detrás de pancarteros sin logro que les avale. Puedes también mandar tus propuestas a los representantes institucionales y pedirles cita para explicar tu demanda. No olvides que están al servicio de los ciudadanos y trabajan para nosotros, esa es su principal labor. Para corregirnos y mejorar no hay que dinamitar nuestra Nación.
2. CONTAGIEMOS NUESTROS PRINCIPIOS ÉTICOS. Defendamos a todos los niveles unos mínimos principios éticos y unos valores basados en la honradez, la honestidad, la transparencia y el esfuerzo. Apliquémoslo en primera persona en nuestra vida ordinaria. Es necesario que los niños y los jóvenes vean que nuestra actitud en el día a día es esa, contagiemos ese modo de vida. Si algunos políticos soban los valores de nuestra sociedad hasta destruir su esencia, si pretenden cambiar los principios democráticos por la dictadura comunista y nos la intentan colocar por la tele, si traspasan líneas rojas o pierden el norte por buscar el centro, no nos dejemos llevar por la ola del relativismo moral y repudiémoslo de palabra y de obra cada uno en nuestro entorno. Nuestra seguridad, nuestra libertad y nuestras normas de convivencia no están para aventuras locas e inciertas, tenemos que defenderlas.
3. NUESTRO VOTO SIEMPRE Y EN CONCIENCIA. Ejerzamos nuestros derechos, votemos siempre. Si queremos limpiar la clase política y la casta sindical, lograr mejor calidad de vida, libertades individuales, garantías para nuestros derechos, votemos. Votar es necesario y tan relevante que puede dar la vuelta a un país como se le da a un calcetín. Votemos en conciencia, con coherencia y libertad, sin miedos o coacciones. Tu voto es siempre útil, que no te engañen. Nuestros votos pueden desmontar tramas corruptas, premiar a políticos cercanos y honestos, castigar a partidos que lo hacen mal y relegarlos a la mínima expresión, cambiar el poder de manos, protegernos de jetas populistas u obligar a los políticos a pactos importantes para conseguir mayorías que gobiernen. Y si no te gusta ningún partido, ningún líder, lo puedes expresar con tu voto en blanco, que también cuenta, y mucho.
4. TOLERANCIA CERO CON EL QUE NO CUMPLA LA LEY. Exijamos que se cumplan las leyes siempre y en su totalidad. Exige a tus compañeros de trabajo buen hacer y rectitud, de la misma forma que así lo enseñas a tus hijos y nietos. Pide a tu familia modos de buena vecindad y cumplimiento de las normas de convivencia. Y si alguien hace lo contrario, no mires hacia otro lado, reclama, avisa a quien pueda exigir o denuncia. No te calles ante irregularidades que presencies. Por muy pequeño que parezca el daño que vaya a producir, al menos legitima un gran mal, que es permitir socialmente irregularidades o ilegalidades que no debemos tolerar. Los engaños, fraudes, delitos o actitudes tóxicas son malos compañeros y si no ponemos freno en su inicio, la manzana podrida pudre el saco entero. Defendamos el sistema democrático que nuestros abuelos crearon con generosidad y responsabilidad, cumplamos la Constitución y las demás leyes porque sólo así nuestro sistema puede ser efectivo.
5. MÁS INFORMADOS Y CON CRITERIO PROPIO. Leer periódicamente al menos dos diarios de tendencias contrarias nos aporta información suficiente para poder cuestionar y contrastar opiniones encontradas. Estar informado es fundamental para reunir elementos de juicio y formar una opinión propia. El actual ritmo de vida no deja mucho tiempo libre pero es fundamental no abandonar este aspecto y leer diarios impresos o digitales, escuchar la radio o ver la tele y reflexionar sobre la información recibida desde espíritu crítico. Leamos noticias, opinión, editoriales, sigamos a autores dispares en neupic.com, y formemos nuestro propio criterio para obrar en consecuencia, para no cometer errores con nuestro voto o en nuestros juicios de valor, para conocer nuestras leyes y nuestra democracia, para que no nos engañen los antisistema disfrazados de demócratas y para evaluar seriamente a los candidatos en las elecciones. Una sociedad más informada y formada es más próspera, más difícil de engañar y menos corrupta. Como dijo el prestigioso jurista y Presidente de la Universidad de Harvard Bok Derek Curtis: “Si cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”.
Si hay líderes políticos que no dan la talla, la sociedad civil debe marcar el ritmo y el sentido de la marcha.
Publicado en neupic.com el 6 de diciembre de 2014
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